Spiderman: El viaje en el tiempo

































































El prólogo de Raimon Fonseca en La Visión y la Bruja Escarlata me puso tras la pista de los nº del 41 al 44 de Marvel Team-Up Spiderman porque en él se hablaba de un supergrupo compuesto por el redes, Visi, la Bruja, Doom y Dragón Lunar (un pj muy desaprovechado por ser místico). Semejante agrupación bajo los guiones de Mantlo se convirtió en un impulso codicioso, en un must have que controlaba mi mente colonizada por EE.UU. La búsqueda de MTUS nº 14 al 16 Panini fue ardua. Una alegría comprobar que eran en grapa (aunque es trigrapa). Pero difícil encontrarlas. Sobre todo porque sólo quedan las horribles portadas alternativas -buscando grapa antigua queda muy claro lo que piensa el público especializado de semejante dislate estético- así que al final me he tenido que contentar con un ejemplar raído de la grapa nº 16 que haría las delicias de Ismael.
Junto a esos números he adquirido como "regalo" los nº 40, 45, 46 y 47 y el Marvel Two-In-One nº 17. El 40 es el final, presumo que 2º parte, de una historia. Es un número malísimo por culpa tanto de Mantlo como de Sal Buscema; una historia plana, convencional y pasada que rebela que Mantlo, a pesar de lo que pensemos, es humano. Por su parte, el nº 47 MTUS y el 17 MTIO componen un flojo díptico por su espíritu funcionarial. En ellos La Cosa y Spiderman se enfrentan al Basilisco, un villano de escasísimo éxito de público, en la enésima historia en la que los héroes se unen para acabar con un supervillano ebrio de poder y enfermo de ansias conquistadoras y destructivas. Nada interesante bajo el sol dibujado, con funcionalidad, por S. Buscema y, con grotesco dinamismo, por Ron Wilson. Los números 45 y 46 componen un díptico, que epiloga la historia del supergrupo antes mencionada, dos de las joyas más brillantes de la producción de Mantlo al ser dos grapas tan profundas, singulares y audaces como secas y directas.


"¡Ven, Bruja! ¡VEN! ¡La hora del juicio de tu alma se acerca!"
Los números MTUS 41-4 USA/14-5 en la edición de Panini forman una historia que llamaré la saga de Spiderman en Salem ya que no tiene título. El argumento es sencillo y extrañísimo. C. Mather, el cazador de brujas de Salem, viaja al futuro para capturar a La Bruja Escarlata y ejecutarla en su siglo, el XVII. Tiene éxito pero la Bruja consigue lanzar un hechizo que envía tras ella a los héroes necesarios para socorrerla: Spiderman, Visi y Dragón Lunar. Doom aparece porque todos los viajes temporales tienen lugar en su castillo y porque es brujo. Por eso huele que hay algo podrido en Dinamarca. Así, este informal supergrupo se enfrenta y vence siguiendo las reglas del género -primero son derrotados, luego capturados, después se liberan y, por último, triunfan- al Jinete Oscuro, el poderoso villano de origen demoníaco y primigenio que está detrás de todo esto, pues busca el poder de los superhéroes-brujos para poder convertirse en el amo de la eternidad, ya que el demente Mather es sólo un lacayo (¿a alguien más le recuerda esto al Alvin Maker de O. S. Card?). Una historia simple, funcional y con cierta agilidad porque los invitados al ir apareciendo individualmente en cada nueva grapa dinamizan una historia con un argumento simplón y formulaico y unos diálogos convencionales y rutinarios. Sólo destacan la capacidad de Mantlo para jugar y su buen conocimiento del Universo Marvel. Mantlo hace interesante esta saga acudiendo a Salem, una ambientación muy rancia y poco atractiva para un cómic Marvel pero que permite incluir un subtexto. Una historia lúgubre que Mantlo cuenta con detalle y bastante rigor. Sin duda porque es Historia [...] y en cuanto la olvidas te salta y te abofetea en la cara! Contada sin muchos tapujos, pues Sal Buscema, su dibujante, la trufa de viñetas donde se ve colgar los pies de los ahorcados, denuncia el fanatismo, la superstición y la ignorancia. Principalmente con Mather, un loco que ve el Bien en el Mal, pues sigue al Jinete Oscuro sin percartarse de su naturaleza demónica y, mientras toma a los superhéroes como demonios, piensa que Doom es el Ángel Vengador. Para dar más gravedad al asunto incluye el tema típico que supone que no se puede cambiar el pasado. Así, los superhéroes sabedores de lo acontecido en Salem tienen que asumir que esta vez no pueden hacer nada por la justicia y los inocentes. Lo que cuestiona su propia esencia suponiendo así, esta historia, una propuesta más adulta al presentar que la justicia tiene límites. Si bien es algo que parece preocupar sólo a Spiderman, pues los otros asumen su inhibición con fría madurez. Así, la saga de Spiderman en Salem termina con el redes echándose la mano a la cabeza y alejándose del horror en primer término de los inocentes colgados que no pudo salvar (si bien con sus compañeros salvó a la humanidad entera, tanto la del pasado como la del presente y el futuro, al derrotar al Jinete Oscuro).
Seguramente uno de los finales más agrios de los cómics Marvel. Este final trágico delata que Mantlo no estaba escribiendo una historia escapista ni quería hacer simple entretenimiento de usar y tirar a pesar de montarse una historia bastante mediocre. Un final que deja claro algo que él había sido incapaz de formular claramanente a lo largo de las cuatro grapas de la saga. Escribía para un público juvenil pero Mantlo, siguiendo su espíritu justiciero y su sensibilidad social, quería hacer pensar y aportar madurez a un género que sólo se concebía como aventuras de colorines para críos (como lo hacían Stan Lee y Jim Shooter, quien se montó unas Secret Wars). Esta tosca historia fue escrita en 1975, el año donde tocó fondo la crisis de EE.UU. de esa década, lo que explica, sin duda, la aspereza de la historia, muestra que el Bien no siempre triunfa y que a veces creyendo hacer el Bien sólo estamos siguiendo al Mal. Que los superhéroes no siempre vencen y que los inocentes a veces son tomados por culpables.
Como ya se ha avanzado, Sal Buscema es el dibujante que acompaña a Mantlo en esta saga. Su trabajo en ella tiene mucha responsabilidad en el mediocre resultado final. Su estilo pobre, rudo y funcional esta aquí exento de esa gracia presente en otros trabajos suyos. Además, su lamentable recreación del siglo XVII, su pobre diseño del villano y su estilo lleno de convenciones empeoran el conjunto de tal forma que su magistral narrativa apenas puede hacer algo en favor de la historia y del guión de Mantlo, el cual, parece ser, practicaba el método Marvel. Así pues, la saga de Spiderman en Salem es una historia fallida pero interesante, de modo que, por contraste, favorece a la siguiente historia.
"La Historia hizo que esta época pareciese una pesadilla... y que el hombre pronto olvidase sus sueños."

Me dirías, por favor, hacia dónde debo ir desde aquí? Eso depende mucho de a donde quieres ir, dijo el gato. No me importa mucho donde ir... dijo Alicia. Entonces no importa por donde vayas, dijo el gato. Lewis Carrol, Alicia en el País de las Maravillas.
En los números 45 y 46 de MTUS/15-6 de Panini Mantlo cuenta una historia magistral. En un alarde de ingenio, en vez de enviar a Spidey de vuelta a su tiempo, decide llevarlo hacía los futuros distópicos marvelitas alumbrados en los 70 (la década de los distopías por excelencia). Así, transporta al redes hasta el futuro de Killraven (2019) y hasta el de Deathlok (1990), el cual me ha interesado sobremanera.
Dos futuros distópicos muy cercanos para el lector de 1976 (fecha en la que se publicaron los guiones escritos por Mantlo durante el año anterior). Unas historias independientes pero ligadas no sólo por el viaje temporal sino también por los temas. Mantlo sigue agrio pues muestra contextos duros y violentos y las limitaciones de los superhéroes. ¿A qué se debe exactamente esa actitud? ¿Era sólo porque vivía una época aún más crítica para su país que la que este ha vivido hace poco? En fin, tras una transición demasiado larga para un cómic de 17 páginas donde Mantlo nos dice que el humor nunca nos separa de nuestros problemas pero hace que duelan menos y que el tiempo es simultáneo, en una oportuna y espectacular double splash aparecemos en el futuro de Killraven.


Luego de una pelea donde Killraven mata a sus enemigos en presencia del redes sin que este diga nada, llega la puesta al día de rigor. La cual provoca un bajón a Spidey, pues, al descubrir el sombrío futuro que le espera a la Tierra, cae en la cuenta de que lo que haga en el presente no evitará el triunfo marciano. Killraven sólo puede decir que no está seguro de que su presente sea el futuro de Spidey y que la vida no tiene sentido por su futuro sino por cómo se vive. El bajón es aprovechado por los malos para atacar a nuestros héroes por sorpresa con un gas que los enfrenta a sus peores pesadillas, algo que es resuelto con ingenio por Sal Buscema mediante una narración paralela que divide verticalmente en 2 las páginas. Naturalmente Spidey y Killraven vencen a las alucinaciones y, como descubrimos en una magistral pirueta, aunque luchábamos contra nosotros mismos... También podíamos luchar contra ellos! Nuestros héroes han derrotado a los villanos dormidos! Tras la breve conversación en la que ambos se animan, pasamos al episodio de Deathlok. El mejor de todos.
Esta última entrega de la saga temporal comienza con otra cita de la inmortal obra de Lewis Carrol pero esta vez sin prolegómenos. Deathlok y Spidey comparten la splash page inicial, aunque el primero ignora la presencia del segundo hasta que amenaza mortalmente a unos críos que acaban de aparecer. En seguida Spiderman se da cuenta de su error ya que esos chicos los atacan con tanta virulencia que no se piensa el golpearlos y nada le importa que su circunstancial aliado mate a uno de ellos.






















Tras esto se nos pone al corriente, aunque eso es algo que ya había empezado a hacer Mantlo por medio de las cajas de texto, de tal modo que sabemos antes que el propio Spidey que aquellos jóvenes son la versión marvelita de los vampiros de El último hombre de la Tierra (The Omega Man, B. Sagal 1971; el título original es la polla) para enterarnos después a la vez que hubo una guerra global y dejamos que Ryker se hicise lo bastante fuerte con sus malditos ordenadores como para dirigir el cotarro! Y le dejamos convertirnos a algunos de nosotros en monstruosos cíborgs! De nuevo le entra al redes el bajón preguntándose que habrá sido de él en 1990. Deathlok no lo sabe porque apenas tiene recuerdos (por lo visto este pj es una influencia para Robocop). Spidey empieza desear estar en un futuro alternativo cuando son de nuevo atacados. Lo que hace que el redes acabe por perder los nervios, pues el joven que llevaban como rehén es víctima colateral de la emboscada. Estamos en un futuro duro que incluso a mi me acongoja a pesar de llevar años leyendo el 'oscuro' Universo Marvel de Quesada-Bendis. Tras la nueva victoria, nuestros héroes vuelven a ser atacados por los jóvenes, uniformados para subrayar sus maneras zombi pero con un líder -algo chocante al habérsenos dicho que los jóvenes mutantes formaban seres colectivos-, que quizás represente como las masas son manipuladas por sus líderes, teniendo lugar la lucha final de la grapa. Los héroes vuelven a vencer, pero no por su mayor pericia y poder, sino porque los jóvenes actúan individualmente ignorando, por su hambre caníbal, a los demás. Estan tan desorganizados que no pueden esperar conseguir nada! Que es lo que hace que Ryker y los militares cambien a la gente, así como les permite gobernar y hacer lo que quieren e, incluso, convertir a la gente en monstruos! Spidey reprocha a Deathlok su dureza y este nos descubre que lucha por lo mismo que Killraven, por recuperar un pasado, el presente de Spidey, feliz. Su violencia ni es ciega ni egoísta como las de los jóvenes, con una edad similar a la de los lectores de la época. Lo que debió impactar en los fans adolescentes. Los héroes mataban chavales de su edad! Los 70, Marvel y Mantlo no se andaban con chiquitas. El redes le replica que aquellos son víctimas del sistema que los convierte en inhumanos y le aconseja enfadado (es la leche que Mantlo y Sal Buscema consigan que percibamos que el redes esta cabreado) que deje de pelear por los temas secundarios mientras los verdaderos problemas se sientan en lo alto y se ríen de todos! Si es el futuro de mi época, rezo para que no sea tarde para cambiarlo! y después se marcha, por fin, al presente olvidando, como los otros, el viaje como era habitual. Así termina esta apasionante y contundente grapa por breve, directa y seca y singular porque en Marvel hay pocas con tal grado de compromiso.
Que me aspen si aquí no hay algún tipo de activismo político. Paréceme que Mantlo, apela aquí a los jóvenes, siendo apenas mayor que ellos, para que se organicen y luchen contra un sistema egoísta, quizás buscando reconstruir un activismo transformador que se había deshinchado en la época Nixon tras años de durísimos enfrentamientos con los sectores conservadores estadounidenses. Probablemente haya que ver en los jóvenes zombis a los soldados de Vietnam y en la apelación del pasado dorado el recuerdo del Camelot de Kennedy. No sé. Sea como sea, los 70 fueron una época dura en EE.UU. por la crisis económica, la grave crisis institucional, la derrota de Vietnam (en 1975 los estadounidenses vieron como todos sus esfuerzos y sangre vertidos en Vientam no sirvieron) y la grave tensión social provocada por el choque de los liberales, los negros y la contracultura (bando al que, al menos por edad, pertenecía Mantlo) con el conservador ciudadano medio, blanco y maduro hasta entonces dominador de EE.UU., si bien convenientemente manipulado por las elites, como siempre. Tampoco hay que perder de vista que Mantlo aquí describe el tiempo como algo moldeable y anima a la acción. No hay que tener encuenta el pasado, Reconciliación, y actuando se puede conjurar cualquier futuro oscuro, Esperanza. Como en la anterior historia Mantlo no escribe para divertir y evadir sino para reflexionar y tratar temas adultos. Lo malo es que no supo equilibrar el entretenimiento con la gravedad. Estas historias tienen demasiada acción Marvel.
Si Sal Buscema estropeaba unos (flojos) guiones en la saga anterior, en esta los mejora, pues su estilo sencillo, seco y rudo es perfecto para dibujar un futuro distópico ya que la desolación encaja perfectamente con el funcional y pragmático trabajo de Sal Buscema. Así, al ser plasmados acertadamente el dramatismo y la aspereza de la historia de Mantlo y de los futuros distópicos estos dos episodios son redondos. Tan solo superficialmente funcionales y utilitarios, pues las reflexiones de Mantlo y el certero trabajo de Sal Buscema hacen de ellos unos números sobresalientes.
Es hora de que [...] tenga de una vez por todas ese duelo con Ryker! Afirmativo.


Así pues, este viaje temporal de Spidey escrito por Mantlo va de menos a más llegando a la magistralidad a pesar de no abandonar nunca la modestia y la mediocridad. Una obra singular, ambiciosa y con cargas de profundidad. Una buena muestra de las razones por las que el trabajo que Bill Mantlo nos ha legado, si los derechos y la comercialidad no lo impiden, es memorable. Quizás se pueda vivir sin la saga de Spiderman en Salem pero desde luego recomiendo encarecidamente el díptico de Killraven y Deathlok (un auténtico blow your mind). La putada es que pertenecen a trigrapas diferentes, aunque al menos están precedidas y sucedidas por otras historias de Mantlo.

Las tres historias de Bill Mantlo para "Red Sonja"

Marvel decidió sacar, sin duda por el éxito de la peli "Conan el Bárbaro", en 1983 una nueva serie regular de Red Sonja. La tercera. Poco más de diez años después de la primera aparición del personaje en el mítico nº 23 de "Conan el bárbaro" firmado por Roy Thomas y B. W. Smith.
Abrieron fuego como guionista Tom DeFalco y como dibujante Dave Simons, pronto sustituido por Mary Wilshire (muy auxiliada por la legión de entintadores filipinos que entintaban a Jhon Buscema) con unos números que no estan mal aunque poco tienen que ver con la Hibória marvelita. Lo más importante que ocurrió en esta brevísima etapa fue que a Sonja le salieron dos acompañantes, un galán y un brujo. Después de que DeFalco, en mi opinión, cerrase rápidamente sus tramas vino nuestro Bill Mantlo a encargarse de los números 5, 6 y 7. Supongo que siendo consciente de que estaba manteniendo el fuerte hasta que llegase el nuevo guionista regular. Respetó el trabajo de DeFalco, así que en sus guiones Sonja va acompañada por la pareja, y realizó un trabajo merecedor de no ser olvidado narrando, como siempre, de forma sencilla, directa y melodramática. En España se editaron estas 3 historias autoconclusivas con elipsis entre ellas, supongo que, por primera vez como el complemento de los números 113, 114, 115, 116, 117 y 118 de "Conan el bárbaro". Hasta donde yo sé es la única edición española de estas historias.
Con toda seguridad los números de Mantlo son los mejores de las diferentes coles Marvel protagonizadas por Sonja y, seguramente, los mejores comics protagonizados en solitario por esta que hay, pues el material de Dynamite es muy mediocre.
La primera historia se titula "Los ejércitos del Mar Interior". Es una versión del cuento de La Sirenita en la que el príncipe se ha enamorado de la Sirenita y, como esta no tiene estómago para una relación interespecie, la secuestra. Lo cual desencadena una guerra entre su reino y el del Mar en la que los súbditos del príncipe combaten ignorando cuál es la verdadera causa del conflicto. Sonja y sus compañeros se meten sin darse cuenta en esta conflagración para acabar haciendo justicia liberando a la Sirenita y matando al príncipe, pues no se le perdona sus villanías a pesar de haber sido locuras de enamorado. Una historia entretenida con la gracia de versionar un cuento dibujada por Pat Broderick. Dibujante de estilo ochentero competente y dinámico aunque torpe y tosco.
La segunda historia se titula "El pantano sin fin". Es bastante mejor que la anterior. Se trata esta vez de un relato de terror en la mejor tradición de EC. Sonja y sus comparsas, huyendo, se meten en un pantano habitado por una tribu picta que captura a todos los que se internan en él para sacrificarlos a su diosa, cuya ciclópea estatua, lógicamente, es clavadita a Sonja, para que sean sus esposos (si las capturadas son féminas pasan a ser sus sirvientas). Naturalmente Sonja y sus comparsas son atrapados, pero ella utiliza el que la confundan con la diosa para salvar a sus compañeros y hacer justicia a las víctimas préteritas acabando con la tribu. Era un guión muy exigente para el staff gráfico porque obligaba a crear una atmósfera ominosa, dibujar el opresivo pantano e impactar con putrefactos muertos vivientes. Todo se consiguió menos el segundo punto. El dibujante de nuevo es Pat Broderick, pero aquí lo hace mejor que en el anterior episodio. No obstante, la primera mitad es mucho mejor que la segunda, supongo que por cansancio ya que además de dibujar se autoentinta, en esta y en la anterior. De todos modos, quien realmente descolla es Mantlo por ser capaz de crear misterio y confusión y mantenerlos hasta el final. Así, "El pantano sin fin" es una historia de terror clásica, en la que reluce el espíritu justiciero de Mantlo, portagonizada por cadáveres vengadores que no palidece si se la compara con las de EC.
La última historia se titula "La cosecha". Es un híbrido de las anteriores pues en parte es un cuento folkórico y en parte un relato clásico de Terror. También es la mejor historia de las tres. Sonja y sus acompañantes llegan a un pequeño reino asediado por una horda de mongoles. La situación es desesperada a pesar del concurso de Sonja y sus comparsas en favor de los asediados. El final se precipita cuando Sonja no entiende la razón por la que el rey no reparte las reservas de trigo entre sus famélicos súbditos. Así, todos acabamos descubriendo el por qué y entendiendo a que se refería el rey cuando decía que la fuerza de su reino no era el acero sino el trigo.
Una magnífica historia, la mejor sin duda de Sonja en Marvel, dibujada primorosamente por Rudy Nebres con un estilo clásico, una narración dinámica y competente y un gran trabajo de ambientación. Así pues, una grapa redonda digna de figurar entre las mejores que escribió Mantlo, quien vuelve a demostrar que se pueden hacer grandes cosas en muy poco espacio si se tiene el talento y la profesionalidad suficiente.
A Mantlo le sustituyó Louise Simonson e inmediatamente se le echó de menos, ya que esta se equivocó totalmente con el enfoque de la serie. Lo curioso es que este tenía un aire de cuento ruso, precisamente el que tenía "La cosecha". Simonson se lo pidió a Mantlo, casualidad o Mantlo inspiró a Simonson? Así, es una gran pena que Mantlo no se hiciese con la serie porque por su sensibilidad es un buen escritor de heroínas y, además, dotó a las historias de un aroma howardiano, aunque su Sonja es demasiado maniquea y justiciera (si bien no es un personaje howardiano), algo que no hicieron DeFalco y Simonson. Por esto es razonable elucubrar que con Mantlo la serie hubiera tenido más de 13 números.